¿Alguna vez has terminado una entrevista y te has preguntado si habrás conseguido la frase que realmente necesitabas? Resulta que hay una forma bastante infalible de evitar esta situación, y no consiste en llegar al plató de la entrevista y cruzar los dedos para que el entrevistado diga exactamente lo que necesitas que diga.
Aquí tienes nuestro proceso paso a paso para asegurarte de que sales de tu próxima entrevista con una frase sonora de oro.
CONSEJOS PARA UNA ENTREVISTA EN VÍDEO DE PRINCIPIO A FIN
1. CREAR UN ESQUEMA DE LA HISTORIA
El primer paso es comprender el tipo de historia en la que se enmarca la entrevista. Cada historia tiene su propia narrativa y secuencia de acontecimientos. Pero, en general, tiene una estructura general que encaja en un arquetipo de historia. Por ejemplo, en la narración de historias de clientes, la historia suele tratar de la superación de retos por parte de su cliente con su producto o marca como socio, por lo que querrá explicar los retos y los pasos que dio su cliente para superarlos. Para que resulte convincente, hay que buscar el conflicto: ¿cuáles fueron los obstáculos al principio? ¿Qué problemas surgieron a lo largo del proceso? Ahí es donde puedes hablar de cómo tu marca es un verdadero socio estratégico de sus clientes.
Una vez establecida la estructura, investiga todos los aspectos de la historia para profundizar en ella. Al igual que en una entrevista de trabajo, no debes presentarte sin estar preparado: debes tener ya una idea de las posibles respuestas, estar familiarizado con los conceptos técnicos y conocer la historia al dedillo para saber cómo comunicarte con tus interlocutores y hacerles las preguntas de seguimiento adecuadas. El sujeto se abrirá mucho más si reconoce que sabes de lo que hablas.
2. REALIZAR ENTREVISTAS PREVIAS
La historia que has trazado en el primer paso probablemente tenga unos cuantos personajes. Ahora tienes que averiguar quiénes son esos personajes y quién vivió cada parte de la historia. Piensa en este paso como si fuera el casting de tu vídeo. Cuando tenga una lista en mente, querrá hablar con esas personas por teléfono o videochat. Se trata de una entrevista previa, como si fuera una audición y una misión de investigación a la vez.
Averiguará quién habla con claridad y quién da respuestas de una sola palabra, conocerá los antecedentes de su historia, descubrirá las áreas en las que necesita investigar más antes de empezar las entrevistas y establecerá una buena relación con los entrevistados. Calcule qué es lo que les va a hacer hablar: ¿son susceptibles y quieren abordar las cosas desde las emociones? ¿Se centran en la tecnología y quieren enfocar las cosas desde el punto de vista de la aplicación o la técnica?
3. CREAR UNA LISTA DE PREGUNTAS
Ahora que ya has hecho toda la investigación necesaria y has rellenado el esquema de tu historia con los detalles de las entrevistas previas, utiliza ese esquema para crear las preguntas de la entrevista. Con cada hito de tu historia, debes saber con quién vas a hablar y qué necesitas que te describan. Aquí tienes un ejemplo de cómo relaciono las preguntas con el esquema de mi historia utilizando una herramienta llamada iThoughts:
La lista de preguntas no tiene por qué ser muy prescriptiva, y puede que no la sigas al cien por cien. Pero debería darte una idea de la información imprescindible que necesitarás.
4. REALIZAR LA ENTREVISTA
Bien, ha llegado el momento de la entrevista: respire hondo. Debes estar relajado para que la persona entrevistada se sienta cómoda. Cuando lleguen, entabla una pequeña conversación con ellos y sé amable; si vas directamente al grano, pueden sentirse apurados y ponerse a la defensiva. Como van a estar delante de la cámara, es importante que se sientan cómodos.
Cuando lleguen al plató, ayúdales a situarse y luego ocupa tu lugar. Explícales lo que deben esperar durante la entrevista, indícales dónde tienen que mirar (¿a ti?, ¿a la cámara?) y recuérdales que no pasa nada si tienen que repetir una respuesta o pedir una aclaración. Hazles un par de preguntas sencillas, como qué han desayunado. Esto no sólo les ayuda a acomodarse, sino que también da tiempo a tu equipo para probar el audio y fijar el enfoque.
Cuando estés listo para empezar, mantén el tono conversacional y deja a tu interlocutor mucho espacio para responder. Si no te llevas nada más de este artículo, haz de ésta tu regla de oro: espera unos segundos a que el interlocutor termine de hablar antes de responder. Puede parecer incómodo, pero es esencial: así te aseguras de no interrumpirle ni hablar por encima de él, haciendo que el audio sea inutilizable, y también le dejas espacio para añadir más información. De ahí he sacado algunas de las historias más interesantes. Si sientes la tentación de saludar o interactuar mientras tu interlocutor habla, limítate a las señales silenciosas, como asentir con la cabeza o sonreír.
Si no obtienes la respuesta que necesitas, no dudes en seguir adelante y volver sobre ello más tarde (anótalo para que no se te olvide). Reformula las preguntas o recurre a preguntas abiertas como "¿Por qué?" o "¿Cómo te has sentido?".
Me gusta cerrar las entrevistas con preguntas orientadas al futuro, como "¿Qué te ilusiona hacer ahora?". Eso anima a la gente, aunque no sea útil para el producto final. Lo importante es que el entrevistado se vaya contento con el resultado.
5. ENVIAR UN CORREO ELECTRÓNICO DE AGRADECIMIENTO
Haga un seguimiento oportuno. Agradece al sujeto su tiempo y sus recursos, y recalca los detalles clave que querrá conocer. Por ejemplo, los siguientes pasos del proceso de producción, cómo se utilizará el material y el proceso de aprobación acordado.
Siga estos pasos y se convertirá en el entrevistador de referencia de su empresa, por no hablar del héroe de su editor cuando llegue el momento de sacar fragmentos.
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