CÓMO LAS GUERRAS DEL STREAMING ESTÁN ALIMENTANDO LA PIRATERÍA DE VÍDEO OTT

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Desde que los contenidos de vídeo pudieron almacenarse en formatos digitales, la piratería ha sido y sigue siendo un gran obstáculo para las cadenas de televisión y los propietarios de contenidos de todo el mundo.

En el panorama actual del streaming, la piratería tiene un impacto sustancial en los ingresos: se prevé que la descarga y el streaming ilegales de películas y programas de televisión cuesten a la industria televisiva y cinematográfica 51.600 millones de dólares en todo el mundo de aquí a 2022.

El problema de la piratería sigue aumentando en el espacio OTT, y la actual guerra del streaming no hace más que echar leña al fuego.

Siga leyendo para saber más sobre esta tendencia y cómo abordar el problema de la piratería de vídeo OTT desde todos los ángulos.

DE LOS DVDS PIRATEADOS AL STREAMING: LA PIRATERÍA DE VÍDEO SE SOFISTICA

La piratería de vídeo en línea ha evolucionado desde los sitios BitTorrent hasta los dispositivos de transmisión ilícita (DSI), que tienen un aspecto similar al de un descodificador y vienen precargados con canales y contenidos. Estos dispositivos permiten a los usuarios transmitir películas, series de televisión y acontecimientos deportivos en directo sin ningún protocolo de autenticación o seguridad.

Con sus hábiles interfaces de usuario (y, a veces, una cuota de suscripción), es fácil engañar a cualquiera haciéndole creer que estos dispositivos ofrecen un servicio legítimo. Es alucinante pensar que en Singapur, un país modelo en cuanto a ley y orden, cualquiera pueda comprar abiertamente estos dispositivos en tiendas de electrónica locales o en línea a través de populares sitios de comercio electrónico como Lazada. Es fácil comprender el atractivo de estos dispositivos: Permiten acceder a programas que no se emiten en el país o que no han pasado por la censura local.

Aparte de los dispositivos ISD, los sitios ilegales de streaming de vídeo prosperan por el tamaño de su biblioteca de contenidos y por cómo rompen los silos de contenidos exclusivos.

En un caso reciente en Estados Unidos, se acusó a dos sitios de streaming ilegales que habían acumulado una cartera de contenidos pirateados de Netflix, Amazon Prime, Hulu e incluso otros sitios piratas populares. Estos servicios de streaming no sólo estaban disponibles a través de Internet, sino que también estaban diseñados para funcionar en numerosos dispositivos y plataformas, desde dispositivos móviles a televisores inteligentes, consolas de videojuegos, reproductores multimedia digitales y descodificadores. Se trata de un nivel de sofisticación que puede resultar difícil de abordar, por lo que se necesita un enfoque triple:

  • Colaborar con los organismos gubernamentales locales y la Coalición contra la Piratería (CAP) de la Asociación Asiática de la Industria del Vídeo para promulgar leyes más estrictas contra la piratería e imponer multas o penas de prisión significativas.

  • Prohibir la venta y distribución de DSI, y suspender o revocar las licencias de las tiendas de electrónica conocidas por vender estos dispositivos.

  • Colaborar con los proveedores de servicios de Internet para cerrar o bloquear los sitios de streaming ilegales.

¿DESBARATARÁ LA OTT LA PIRATERÍA DE VÍDEO EN LÍNEA?

Aunque todas las tácticas enumeradas anteriormente pretenden acabar con la oferta, es importante abordar también la demanda. Se podría pensar que la explosión de los servicios de streaming perturbaría la demanda de piratería de vídeo en línea. Pero está provocando un comportamiento de consumo imprevisto porque, tras años de declive, el uso de BitTorrent está empezando a aumentar. El aumento se debe a las guerras de streaming, cada vez más intensas, en las que las principales empresas de medios de comunicación compiten por crear una cartera de contenidos propios exclusivos como medio para impulsar las suscripciones y reducir sus costes de licencia de contenidos.

Esta estrategia de exclusividad sólo encarece el precio para el consumidor, que acaba suscribiéndose a varios servicios OTT para satisfacer sus necesidades de contenidos. Los consumidores están abiertos a suscribirse a múltiples servicios OTT, pero tienen un cierto umbral de gasto cuando se trata de cuánto están dispuestos a pagar. Recordemos que la razón por la que los servicios de streaming OTT tuvieron éxito en primer lugar fue que ofrecían una alternativa menos costosa a los servicios de televisión de pago. Si suscribirse a varios servicios de streaming resulta demasiado caro para los consumidores, es posible que los usuarios se limiten a contratar un par de servicios y pirateen el resto de los contenidos de su lista de deseos. Por ello, los proveedores de streaming OTT deberían plantearse implantar una estrategia de agregación además de su oferta independiente, así como una estrategia de precios financiada por publicidad.

¿Parece que estamos volviendo a la era de la televisión de pago con un modelo agregado, pero a través de una entrega y un precio OTT? Parece que esa es la tendencia. Los proveedores de streaming OTT deben ser conscientes de que las guerras de streaming, cada vez más intensas, no harán sino aumentar el coste para el consumidor y, en respuesta, podrían perder audiencia en favor de la piratería.

VENCER A LA PIRATERÍA DANDO A LOS CONSUMIDORES LO QUE BUSCAN

Es importante recordar que la piratería existe porque ofrece lo que el consumidor desea a un nivel fundamental: acceso casi instantáneo al contenido deseado a un precio asequible (o incluso gratis).

Sabemos que los motores de recomendación pueden desempeñar un papel crucial en la retención de abonados. Los proveedores de streaming OTT deberían considerar la posibilidad de añadir una función inversa de preguntar al consumidor qué quiere ver (e incorporar esos títulos a la biblioteca de contenidos) como otra forma de satisfacer la demanda de los consumidores, frenar la necesidad de piratear contenidos y ampliar el valor de vida de un cliente.

Para que la piratería deje de ser relevante, los proveedores de streaming OTT deben abordar tanto el lado de la oferta como el de la demanda. Desde el punto de vista de la oferta, los proveedores de streaming OTT tienen que trabajar con los organismos gubernamentales para abordar los aspectos jurídicos y políticos de la piratería y presionar para que la legislación sea más estricta.

Abordar el lado de la demanda significa que los proveedores de streaming OTT tienen que diseñar una experiencia de usuario que ofrezca al consumidor la mejor experiencia posible. Esto significa incorporar varios parámetros que son clave para los consumidores: necesidades de contenido; paquetes de pago flexibles que ofrezcan una combinación de opciones financiadas con publicidad, sin publicidad o una opción híbrida; experiencias de registro sin fricciones; y transmisión de vídeo de alta calidad.

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